Por Juan Tomás Valenzuela
Le renunció Valentín
a la logia del ungido,
después que ese mal nacido
se lo untó por el fullín.
Antes se había ido Crispín
y el cundango de Leonel,
y apenas se queda Abel
como parte del priorato,
y eso, porque es candidato,
aunque no oposición de poder.
Del partido de Don Juan,
cuál la boca de Fefita,
no va a quedar ni colita
cuando se acabe este can.
Ya no cuentan con Pagán,
ni con el procurador,
ni con aquel bebedor
que se comió el PRD,
ni con los del comité
que andan tras algo mejor.
En una misiva enviada
al gordo de Monte Plata,
Julio César, nos relata
que esa mierda está estancada.
Que ya allí no queda nada
de los que dejó Juan Bó,
que el ungido se comió
lo que queda del partido,
y que antes no se había ido,
porque hoy fue que se decidió.
“Es algo muy sopesado,
mi decisión de partir,
pero no puedo seguir
a este grupo de tarados.
Yo soy un hombre de Estado,
un titán de horca y cuchillo,
y cómo el ñú y esos pillos
van manejando el partido,
estoy más que convencido,
de que no soy de ese anillo”.
“Lo que queda de esa mierda,
que se lo den a Mariotti,
ese gordo cabronzotti,
que no se a quien me recuerda.
Fui adoctrinado en la izquierda,
estudiando a Deng Xiaoping,
y ninguna cara e’ fullín
me va a dejar encharcado,
como estos desvergonzados
deján al león y a Crispín”.
Juan de los Palotes
10 noviembre 2022